Chilena reutiliza desechos industriales para crear briquetas gourmet para la parrilla
Desde 2014 Pulchén se ha encargado de los carozos (cuescos) de durazno de la industria conservera, transformándolos en ahumadores y sazonadores naturales para los alimentos de la parrilla. ¿La experiencia? Todo un éxito.
Un buen asado siempre se agradece. Y si bien no es tarea sencilla, un emprendimiento chileno creó briquetas gourmet aromatizadas hechas con cuescos de duraznos reciclados de la industria conservera.
Aromatizadas con albahaca, estragón, orégano o tomillo, basta con prender la parrilla y -una vez listas las brasas- colocar dos briquetas Pulchén. A medida que la combustión se inicia, la briqueta va ahumando y sazonando los alimentos, sea carne, pescados o verduras.
"Nos hacemos cargo de los cuescos que se desechan de la industria conservera. Una briqueta equivale a 6 carozos de durazno", explica María Ignacia Salazar, dueña y fundadora de Pulchén, quien ya ha introducido las ecobriquetas en lugares como Carlo Cocina, Mercadito Store, entre otros 20 puntos a lo largo de Chile, además de venta online. "Somos los primeros en innovar con un producto para los parrilleros, otorgándole un sabor único y una nueva experiencia gourmet al momento de un asado", añade.
Un producto ecológico y renovable, de lenta combustión y sin colorantes ni preservantes. El pack de 2 briquetas tiene un precio de $3.000 y el de 6 unidades alcanza los $6.000. ¿Cuánto necesitas? Según Salazar, con dos briquetas puedes cubrir un asado completo.