Nutrientes inteligentes: Gran ayuda para graves enfermedades mentales
Vivimos en un país en el que los porcentajes de personas con Depresión, Alzheimer y Déficit Atencional se han disparado. Se trata de enfermedades invalidantes, que requieren de medicamentos costosos y que involucran a toda la familia.
Frente a ello, existen ayudas que están frente a todos y que por ignorancia o desinformación, no son utilizadas. Y que si bien, no son una solución radical, pueden ser de gran apoyo en la prevención o en el retraso de algunas de esas patologías. Son los llamados NUTRIENTES INTELIGENTES.
El cerebro humano posee tres actividades creativas esenciales: descubre las relaciones entre cosas diferentes, inventa aplicaciones para estas relaciones y las pone en práctica en el contexto de su realidad. Entonces, en la medida que una persona desarrolla los modelos de entendimiento, sus demandas cerebrales por nutrientes se tornan más específicas.
Veamos las principales vitaminas inteligentes:
-Vitamina D: Fue el primer micronutriente involucrado en el “Factor de crecimiento nervioso” en el cerebro. Es reconocida como una de las sustancias más potentes para estimular la regeneración de células cerebrales. Su dosificación debe ser muy cuidadosa, porque su exceso puede generar daño en arterias y riñones.
-Vitamina E: Es muy activa a nivel cerebral y de gran importancia para combatir el envejecimiento, también refuerza las funciones del sistema inmunológico. Por la capacidad de estimular células en crecimiento no se recomienda su uso continuo por más de 3 meses.
-Vitaminas del complejo B:
La vitamina B1: Tiamina, se ha utilizado de forma científicamente evaluada en el tratamiento de niños con problemas de concentración. También en casos de intoxicación por plomo, todo bajo control de exámenes de laboratorio.
-Vitamina B2: Es esencial para el humor, la memoria y adquisición de conocimientos.
-Vitamina B3: Participa en los procesos de memoria y pensamiento, se debe utilizar en paralelo con el tratamiento farmacológico en personas con depresión, ansiedad y en altas dosis en caso de autismo.
-Vitamina B12 y Ácido Fólico: Usado de manera conjunta para personas con procesos neurodegenerativos (enfermedad de Alzheimer, de Parkinson, de Creutzfeldt-Jakob y esclerosis múltiple. Los trastornos cognitivos se deben a un aumento en los procesos de muerte celular, reduciendo el número de neuronas y generando cambios en la conducta), también usado en pacientes con depresión.
-Vitamina C: Ayuda a combatir las reacciones tóxicas que ocurren en las células y en el sistema nervioso. También ayuda a la producción de sustancias cerebrales que trasmiten las señales dentro del sistema. Su bajo aporte puede generar depresión y ansiedad.
Estas vitaminas se encuentras en alimentos bien definidos. Y en caso que el déficit sea muy extremo se puede recurrir a la ingesta de alguna de ellas.
Pero, las vitaminas no son un juego de niños, su papel es tan crucial como un medicamento, y como tal cada paciente tiene una necesidad particular, y es el médico tratante quien debe entregar a cada quien el pool de vitaminas que requiere. Las soluciones son individuales.
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